Introducción a la música de Francisco Luque

Según el poeta chino Li Bai, el Pájaro raro invita  a emprender el vuelo hacia vastos espacios. Con este título, Francisco Luque ha compuesto un dúo de guitarras para Caroline Delume y Wim Hoogewerf en 2000, antes de publicar en 2015 un CD monográfico de sus obras recientes para guitarra.

Él mismo guitarrista, Francisco Luque confía desde finales de los 80 estrenos para este instrumento a músicos cuyas trayectorias se cruzan alrededor de una atracción común por los instrumentos de cuerda pulsada. Como prueban  creaciones cuyo "instrumentarium" va de la guitarra sola con su afinación habitual, a la guitarra trasteada en cuartos de tono o  afinada en cuartas físicas, y también la utilización de instrumentos como la tiorba, la guitarra barroca, la mandolina, la bandurria.

Los títulos de las obras de Francisco Luque hablan por sí mismos. La sutilidad de esta música ofrece a la escucha un mundo sonoro raro, y las referencias literarias o poéticas  son subrepticiamente brechas en la discreción del compositor. Se trata, algunas veces, de nombres de personas, de personajes reales o ficticios, titulos de poemas, o que podrían serlo, o bien de formas repertoriadas, como el "estudio", pero en las cuales el reto sería desarrollar un virtuosismo de la elipse.

A través de esta música imprevisible, la estética de la escucha interroga la experiencia gestual, o vice-versa. La música de Francisco Luque es sobre todo esquiva porque elude la definición de sonido por continuidades y burla las fronteras de las categorías perceptivas. Su escritura da al intérprete libertad para experimentar en la invención de un gesto instrumental al borde de una energía y de una puesta a prueba del toque: desaparición del sonido,  irresoluble sensación de altura, flujo de la materia. Más allá de esta textura en movimiento, corresponde al instrumentista armonizar su interpretación a una velocidad de ejecución abierta.

Caroline Delume